Estas dos frutas tropicales forman una pareja muy bien avenida. Juntas te transportarán a una playa tropical donde podrás hasta sentir la arena entre tus dedos.
La fruta de la pasión se desliza con suavidad sobre el mango, que pese a ser la nota predominante no se impone con rudeza. Una caricia en la boca llena de sabor y calidez.